domingo, 6 de noviembre de 2011

Quilmes perdió frente a Desamparados y se alejó de la punta

Federico Aróstegui

El estadio Centenario vibró, pero de bronca. Quilmes perdió 1 a 0 con Desamparados por la 13° fecha  y dejó pasar una chance clave para acercarse a la punta del torneo de la B Nacional.

Una tarde a pleno sol en el sur de la provincia de Buenos Aires.  Antes de que comenzara el partido, la gente coreaba con euforia ese canto estremecedor y con tono un tanto imperativo: “Para ser campeón, hoy hay que ganar”.

Y Quilmes no ganó y se quedó sin invicto como local. Defraudó, jugó mal y nunca se sintió cómodo en la cancha. Además su técnico Ricardo Caruso Lombardi se insultó con la platea y a la salida del vestuario hubo más agresiones. 

El trámite del partido fue parejo y las llegadas más claras estuvieron por parte de la visita mediante la pelota parada. Pero la “vedette” del encuentro fueron los pelotazos. A los espectadores casi que les dolían los ojos, la demostración de fútbol fue paupérrima y la posibilidad de encontrar una sucesión de pases seguidos para los dos equipos pareció imposible. “Retrocedimos en el juego. No sé por qué, el domingo pasado con Chacarita lo vi muy bien al equipo, y esta vez, no vi ni un poquito de lo que fue ese equipo. Uno no es mago tampoco, pero pasó lo que pasó. Yo pensé que el partido lo podíamos ganar tranquilos, porque el equipo empezó muy bien, y después se quedó. El equipo no funcionó en ninguna de las líneas. No fuimos el equipo de otras veces, no pudimos jugar nunca, la verdad que no hicimos nada”, declaró Caruso. También reconoció que fue vital la ausencia inesperada de Sabastián Romero por indisposición, quien iba a ser el encargado de la pelota parada.

En la única jugada colectiva del partido, a los 40 del primer tiempo, Santiago Cevallos encaró a los centrales rivales, habilitó a David Drocco y este definió con cara externa al segundo palo sobre  la salida de Emanuel Trípodi. Así “El Puyuntano” marcó la diferencia, que luego sería definitiva.

“El Cervecero”, que venía de ganar 3 a 1 en su última presentación cuando visitó a Chacarita, no tuvo oportunidades para ganar este partido, ni siquiera de empatarlo, pero no por méritos del rival sino por imposiciones propias.

En el primer tiempo Miguel Caneo, que era el encargado de organizar la ofensiva, en ningún momento tuvo la pelota ni manejó los hilos del partido. Pablo Garnier y Leandro Díaz, que formaron el doble cinco para los sureños, estuvieron muy imprecisos en la distribución y llegaron tarde siempre a las segundas jugadas, mientras que los delanteros Fernando Telechea y Pablo Vázquez, jugaron alejados entre sí, sin lograr una sola jugada combinada. Lo mejor de éste Quilmes, se vio en la parte defensiva. La línea de cuatro se mostró firme, menos en el gol, anticiparon siempre, pero tenían problemas cuando se juntaban los delanteros rivales.

Sportivo Desamparados, estaba cómodo en la cancha. Se aferró a su solidez defensiva y trataba de salir de contra, aunque en varios pasajes pudo dominar la pelota, jugando con la desesperación quilmeña. También muy sólido en defensa, prolijo en la salida y el trato del balón. El doble cinco, conformado por Hernán Lamberti y Diego Cálgaro, no dejó crear en ningún momento a los jugadores rivales. El más criterioso de los de Marcelo Bonetto, era Augusto Álvarez, que tirado a la izquierda complicaba con buenas gambetas y pelotazos en profundidad para los delanteros visitantes.

El complemento fue similar al primero. Con los ingresos de Lucas Rimoldi por Díaz y el de Martín Cauteruccio por Vázquez, Quilmes intentó tener más control de pelota y llegadas con mayor profundidad.

Con estos ingresos, los de San Juan se fueron metiendo cada vez más en su propio campo. Dos cabezazos de Damián Leyes, uno en el travesaño y otro desviado por Matías Giordano, arquero visitante, fueron las únicas jugadas que dispuso el elenco de Caruso. Rimoldi, con buen manejo de pelota y adelantando la línea del mediocampo, y Cauteruccio, con arrestos individuales y remates de pelota parada, le dieron un toque distinto al equipo pero esto no alcanzó.

El Víbora, como le dicen a Desamparados, se encontró con un resultado que no esperó. Esta victoria los puso expectantes con 18 puntos. Mientras que el “cervecero”, quedó a las puertas de la zona de ascenso directo, con 20 puntos.
Está claro que falta mucho para finalizar el torneo. Pero por lo demostrado hoy en cancha. Deberán pulir y mejorar muchísimas cosas para mantener las chances de volver a la máxima categoría del fútbol argentino.