Sebastián Etcheberry
Hay un equipo, el visitante, que cuenta entre sus filas con un jugador de reducida talla e iluminados pies que va y encara, pasa y limpia contrarios como en los no muy viejos tiempos pero que sufre, porque solo no puede. En ese reducto de Floresta de recortadas dimensiones controla categórico la pelota que repiquetea rebelde en el campo de juego mojado por la lluvia. Se maldice el jugador por la soledad, por no encontrar interlocutores con quien dialogar el mismo idioma, por el poco acompañamiento de los suyos. No hay caso. Le pone tesón y ganas el de dorsal número 20 pero ni aun así puede ayudar a que su equipo gane. No hay caso tampoco para ese conjunto que anda envuelto en un presente desafortunado. Y entre tal magro panorama era donde relucían los destellos de las cortas piernas de ese joven de 22 años de casi nulo consenso popular, que, sin embargo, a contramano del equipo viene en levantada. Esa imagen de Matías Defederico arrancando y perdiendo al final ante la defensa de All Boys sintetiza el pensamiento del técnico de Independiente, Ramón Díaz, quién calificó al punto obtenido como “positivo” pero se lamentó porque faltó “el punch final cuando estábamos en ventaja”.
“Me gustó la mitad de la cancha, manejaron bien la pelota. Hubo entrega total en una cancha complicada y difícil”, agregó Díaz, casi desentendido de la realidad de All Boys (en todo el campeonato no pudo ganar ni una sola vez de local). Aunque luego justificó su sentencia basándose en que “los últimos partidos acá Independiente los perdió”.
El conductor del conjunto de Avellaneda resaltó, además, las actuaciones de los juveniles Nicolás Delmonte y de Iván Pérez y admitió que Defederico “estuvo punzante y faltó rodearlo mejor”. Pero si Díaz se dio cuenta de la soledad del ex Huracán, ¿por qué entonces no puso a Núñez o a Marco Pérez, en vez de a Galeano –defensor-, cuando el otro Pérez tuvo que salir por una lesión? No hubo una respuesta concreta y tan sólo apunto: “Fue una lástima que Iván haya tenido que salir en el momento en que Independiente manejaba mejor la pelota en mitad de cancha, lo mismo que el uruguayo (Argachá)”.
Fiel a su costumbre, Ramón Díaz le bajó los decibles al empate y a las pocas situaciones de gol creadas y sembró su habitual mensaje de optimismo: “Hay que seguir trabajando, el equipo mejoró en algunas cosas y lo vamos a seguir haciendo”. Insistió en explicar lo que busca de Independiente: “Un club como este y un equipo como el nuestro tiene que ser más agresivo. Cuando vas ganando lo tenés que ir a buscar para definirlo y eso fue lo que nos faltó. Parra y Churín tuvieron una entrega total y creo que es fundamental que empiecen a ganar confianza y tranquilidad”. Esa que el presente de Independiente anhela sobremanera.