domingo, 6 de noviembre de 2011

Ni Martín ni Di Zeo estuvieron en Liniers


Alfredo Merlo

Suelen fallar los operativos policiales. El barrabrava, en su afán por rebuscárselas para violar las prohibiciones, suele dejar en rídiculo las medidas de seguridad. Pero la determinación de la Justicia de prohibir el ingreso a las canchas a Mauro Martín y Rafael Di Zeo, líderes de las dos facciones de la hinchada de Boca,  se cumplió con normalidad en la tarde de Liniers.

Martín, jefe de la 12 oficial, envió a los suyos a que coparan la tribuna visitante. Los 180 casos de derecho de admisión repercutieron en el escenario habitual de la tribuna xeneize. No hubo bombos, banderas ni tirantes, no hubo color más que el de las camisetas. Hubo claros indisimulables, sólo 2000 hinchas y el agite de la tribuna estuvo a cargo de segundas y terceras líneas, a excepción de Maximiliano Mazzaro, ladero y fiel de Mauro, quien zafó de la medida y pudo concurrir a la cita con su equipo. El Pela, como lo conocen en la tribuna, fue el cerebro de la hinchada y lo seguirá siendo hasta que prescriba la prohibición que imposibilita a su compañero de asistir a los partidos.

El jueves pasado tanto a  Martín como a Di Zeo les tomaron declaración en la fiscalía de Congreso  por las amenazas que ambas facciones se dedicaron durante el partido con Atlético Rafaela, el pasado domingo en la Bombonera. En la previa de su charla con la justicia, Rafa había anunciado que no estaría esta tarde en Liniers; cumplió con su palabra.